jueves, 25 de septiembre de 2014

introducción a la cultura Beat!


En la América de principios de la segunda mitad del siglo XX, el triunfo de la guerra y el desarrollo de la tecnología habían logrado niveles de vida de una enorme abundancia y confort nunca antes soñados por la humanidad, y sin embargo a pesar de la opulencia aparece una nueva generación de jóvenes que tratan de ser distintos: les gusta el jazz, los viajes, no les satisface el american way of life se sienten espiritualmente vacíos y buscan algo que pueda llenar sus vidas, no creen que el estudiar y ganar dinero para vivir cómodamente sea el único sentido de la vida.

 Esta nueva búsqueda de sentido se inicia en una generación cuya experiencia histórica bélica inmediata les había develado la terrible violencia que podía generar la tecnología. Los poetas beats representan a la generación golpeada. 

Después de la terrible vivencia de dos conflictos bélicos, nace como consecuencia una generación extremadamente sensible a la violencia e intensamente solidarias con el dolor ajeno. Kierkegaard dice en su diario:
Las naturalezas excepcionales tienen naturalmente una infancia y una juventud muy desdichadas, pues el hecho de que sean esencialmente reflexivas en aquella edad nace de la mas profunda de las melancolías. Pero se verán recompensadas, pues la mayoría de los hombres no llegan a ser espíritus (Kierkegaard;1993: 207).
Esta inquietud poética nace de una necesidad subjetiva de querer expresarse para aliviar el dolor.
Esta generación, tenían; además : el escenario de la Segunda Guerra Mundial, con todas sus atrocidades, la terrible experiencia de una guerra moderna fundamentada más en los resultados de una “razón instrumental” que en la valentía de sus soldados. La amenaza de la destrucción masiva durante la guerra fría, fue el inicio de su inspiración poética:

 “Quien haya sobrevivido a una guerra, cualquier tipo de guerra, sabe que ser beat no significa tanto estar muerto de cansancio cuanto tener los nervios a flor de piel; no tanto estar llenos hasta, sino más bien sentirse vacíos” (Marroquín, 1975:19)



Esta inspiración se da en el rechazo a una cultura fundamentada en la ciencia y a la tecnología a la que se refiere Ginsberg en su desgarrador poemaAullido con el nombre Moloch.

 “Moloch cuya sangre es el dinero que corre, Moloch cuyos dedos son diez ejércitos ¡Moloch cuyo seno es un dínamo caníbal!” (Antología; 2003:55) 


El movimiento beat se distingue de la corriente existencialista atea y nihilista que estaba surgiendo en aquellos años en París, a través de la novelas y las obras de teatro de Albert Camus y Jean Paul Sartre cuya principal tesis era la angustia de la libertad y el absurdo de la existencia, en contraste, el movimiento beat es profundamente religioso, estamos buscando al Dios dice Keruac. Sin embargo, al igual que Kierkegaard fueron terriblemente incomprendidos porque rompen con toda la lógica de un Dios de los filósofos, no; no es un Dios de razón el que buscan, porque la razón limita y divide en sus diferentes concepciones: sólo un Dios que se identifica con el amor puede unir libremente las diferentes dogmas religiosos, solamente un Dios de amor puede unir aceptando y respetando las diferencias: solamente un Dios que se identifique con el amor puede ser garantía de una paz perpetua. La búsqueda de un Dios con estas características solamente puede darse a través de la poesía, porque si Dios no es amor entonces no nos interesa por su existencia.



Su estado de ánimo y sus irónicas valoraciones nos señalan que su principal problema esta en la raíz de un sistema social que ha olvidado su principal misión: crear las condiciones para que la persona encuentre un horizonte de realización personal más allá de valores hedonistas.
En efecto; si en la sociedad opulenta de mediados de los cincuenta había surgido el movimiento de contracultura, es porque sus valores son insuficientes para el reclamo de la voluntad humana. 


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